Como definir o establecer un nexo de unión al trabajo de tres artistas tan dispares, más allá de la amistad mantenida durante años, a pasado en la meditación de los aquí firmantes de ser un trabajo de búsqueda dentro del colectivo LACAL, a ser un trabajo de reflexión sobre el desvanecimiento de cualquier tipo de de formalismo dogmático en el arte actual. Pero antes de entrar en materia cabe hacer una presentación del colectivo como tal, que es el principal objetivo de este texto.
El nacimiento de este colectivo no es ni mucho menos el que cabe esperar de un grupo artístico o por lo menos no se asemeja al patrón historicista de cualquier “ismo” de las vanguardias artísticas. No, nosotros ya no teníamos que desmontar formalismos clásicos, ni escribir manifiestos, ni subyugarnos al heroicísmo de la originalidad. Obviamente la modernidad había ya terminado y no es que conscientes de ello nos uniéramos para chapotear en el mar del eclecticismo posmoderno, más bien inconscientes trabajamos sobre una situación dada y unimos fuerzas con el único objetivo de abrirnos paso en el mundo del arte, le parezca mal a quien le parezca… y que nos acusen de banales.
El comienzo de LACAL tuvo lugar en los años de estudio en la facultad, pasamos de ser seis a ser tres miembros activos al terminar los estudios, José Ramón Pacho, Manuel ángel Martín Bartolomé y Arturo Ledesma son ahora los integrantes del grupo que resurge tras un tiempo de latencia en el que cada miembro a continuado su búsqueda y trabajo individual dentro de el arte.
A las preguntas tópicas hay que dar respuesta cuanto antes. El nombre de LACAL fue escogido además de por su sonoridad por un ejercicio conceptual sobre las características del elemento, la cal; material que se presenta en múltiples formas, cal para morteros, cal para imprimaciones o cal viva para desintegrar la carne y dejarnos en los huesos.
Volviendo a la primera reflexión, la que trata sobre el nexo de unión del colectivo, nos atrevemos a lanzar un reto al lector, mediten sobre ello unos minutos. ¿Que es lo que define el arte como tal a lo largo de la historia? ¿Qué es lo que nos permite englobar como arte tanto las pinturas de Altamira como un cuadro de Velazquez como una obra de Nam June Paik? Y vayamos un paso más adelante en el reto ¿Cuál es el hilo conductor, el baremo clasificador que define “arte” en la actualidad? No es un ejercicio fácil, ni creemos que tenga una conclusión inmediata, pero esta situación nos ofrece no tener que buscar más nexo de unión para establecernos como colectivo que el hacer arte y hacer un arte de rabiosa actualidad. Si aun así quedara algún atisbo de duda podemos mencionar términos a modo de cualidades: apropiacionismo, revisionismo y reivindicación de la no obsolescencia de la pintura en la obra de José Ramón Pacho, integración de los modos y medios de la pintura tradicional con elementos estéticos surgidos de las nuevas tecnologías en Martín Bartolomé y la búsqueda de la efectividad artística y la meditación sobre las perturbaciones tecnocientificas, las teorías del transhumanismo y posthumanismo y el papel del arte en la sociedad actual de Arturo Ledesma.
Nos une la situación no el formalismo artístico.